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HEMOS PERDIDO LA MAGIA

| 25 de enero de 2015

La Navidad antes era una época del año en la que las personas tenían ilusión, se reunían con sus familias y cenaban todos juntos hablando de lo vivido. Se basaba en llevar alegría a los de su alrededor. Ahí todavía recordaban que La Navidad existe por el nacimiento de Jesús y se reunían para celebrarlo. Ahora, si no llega a ser por la Religión de algunos colegios e institutos la mayoría de adolescentes no conocerían la razón verdadera de ese acontecimiento.                                                                              

Hoy en día parece que haya sido un genial invento de los grandes almacenes para salvarnos la vida. Las familias siguen aprovechando para reunirse, pero lo principal  para los niños son los regalos y para los padres no arruinarse. Todo lo que antes era un sentimiento, ese "espíritu navideño" ha sido sustituido por cosas materiales. 

Sin darse cuenta, poco a poco, La Navidad está perdiendo lo bonito que tenía que es la magia, esa magia que la producían las personas y no lo material, esa magia que está siempre por encima de nosotros y que nos envuelve. Esa magia, en definitiva, que es el amor de Dios, que, gracias a su infinita bondad y sabiduría, nunca deja  de sorprendernos.
La magia está en dejarse sorprender.
 
Laura "Fauna rara"