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STAR WARS, ¿OBRA MAESTRA O PRECURSOR DEL CINE CASUAL?

| 13 de enero de 2016

A vísperas del estreno de la séptima entrega de esta franquicia, muy pocas han tenido la repercusión y fanatismo en la cultura popular como la que ha tenido Star Wars.

25 de Mayo de 1977. ¿A alguno le suena esa fecha? Exacto, ese fue el día en el que se estrenó a nivel mundial una película titulada Star Wars, más bien conocida por nosotros los hispanohablantes como La Guerra de las Galaxias. Decir que fue un éxito en taquillas sería no ser realistas, porque hizo mucho más que eso: ha sido un hito en la historia del cine, en una época donde, aunque hoy en día suene extraño, los efectos especiales no eran lo que buscaban las productoras, el éxito masivo mundial que tuvo la película (en su momento fue la película más taquillera de la historia) consiguió hacer ver a las productoras que el uso de efectos especiales podía llegar a producir éxitos en taquilla.

Considerado el padre del término tan odiado actualmente blockbuster, lo que se convirtió en la trilogía de películas original empezó con algo que seguramente ni el mismo director y guionista George Lucas hubiera podido pensar en sus inicios. Como ya he comentado antes, decir que fue un éxito en taquilla sería no ser realistas. Ha sido, es, y por lo que parece seguirá siendo, un fenómeno cultural. Y es que este universo creado ha traspasado las barreras del medio original para el que fue concebido y se ha convertido en elementos del folclore contemporáneo mundial, y aunque te guste más o menos, aunque no hayas visto ninguna de sus películas, aunque te parezca una moda de frikis, siempre reconocerás frases como: “Que la fuerza te acompañe” o “Yo soy tu padre”.

¿Y por qué hago esta larga introducción? Porque ese impacto mundial que en su momento tuvo no solo no ha desaparecido, sino que se ha consolidado, creando un universo muy rico lleno de novelas (tanto literarias como gráficas), juegos de rol, videojuegos, series de televisión... que han ido ampliando un universo que inicialmente se concibió para una trilogía de películas. Sin embargo, esto ha llegado a extremos algo enfermizos.

Os pongo un claro ejemplo: En 2001, un censo religioso del Reino Unido sorprendió a muchas personas a nivel mundial, cuando se descubrió que 46.000 personas confesaron que practicaban el jediismo, es decir, la religión jedi. No solo eso, sino que en 2012 otro censo en Australia demostró que había muchos creyentes de dicha religión que, aunque lógicamente no está reconocida oficialmente, sus seguidores meten presión a sus gobiernos para que lo hagan. Que desde 2001 esto no haya sido una moda pasajera y se siga incrementando el número de adeptos es algo que yo me pararía a pensar. Hoy en día parece que sacamos doctrinas morales de cualquier cosa con tal de no seguir las comunes.

Este universo ha inspirado también a muchos directores y películas de culto, como el directo Ridley Scott; que se inspiró en la estética de la película original para crear una de sus obras magnas: Alien: el octavo pasajero. James Cameron también confesó que se inició en el arte de hacer películas tras visionar por primera vez Una nueva Esperanza. Puede que me esté perdiendo la piedra angular del séptimo arte, pero, tras haber comentado muchas de las repercusiones, no solo cinematográficas sino culturales, que ha supuesto esta franquicia, ¿cómo es posible?

Argumentalmente hay películas con guiones mucho más elaborados, aunque los de Writers Guild of America se empeñen en catalogar el guión como una de los mejores jamás redactados. Y si por repercusiones cinematográficas hablamos, enumeremos la influencia que ha tenido en Hollywood: ¿os suena la estrategia de marketing de publicar una película a la vez que a nivel mundial jugueterías ponen a la venta figuras de acción relacionadas con los personajes de la película original?, pues Star Wars ayudó a consolidar esta práctica; antes, salvo algunas excepciones, las películas solían ser únicas, no había ninguna saga, pero Star Wars demostró que si tirabas del hilo del éxito, podías sacar muchos beneficios; por último, gracias a esta franquicia Hollywood comprendió que si sumabas efectos especiales, y explosiones, argumentos sencillos y película para todos los públicos, el resultado eran beneficios. Muchos beneficios.

Y en verdad, muchos acusan a esta franquicia de hacer que Hollywood se centrase en crear películas para personas de un coeficiente intelectual de una ameba donde abundan las explosiones, los chistes malos y actores que van en camisa interior marcando músculos porque los hombres objeto no existen. Y en verdad, tienen parte de razón, y aunque luego ver que las reservas de la nueva película de la franquicia que se estrena estas navidades colapsan servidores con dos meses de antelación te hace dudar del futuro de la humanidad, lo mejor es aceptar que no todo el mundo es un elitista de este arte, y para personas como nosotros no faltan apuestas de muchos directores que intentan decirnos algo más. Si se merece o no el éxito e influencia cultural al que ha llegado Star Wars, nunca lo sabremos, lo mejor es aceptar la realidad y disfrutar del momento. Porque otra cosa no, pero Star Wars te hace disfrutar y olvidarte del mundo exterior al visionarla.